viernes, 29 de octubre de 2010

Vampiro

Entre la luz de la luna y los arboles del bosque más oscuro, cae el viento hacia el norte. Fue en ese instante que las catacumbas empezaron a temblar, burlándose de la majestuosa oscuridad que la noche tuvo que ofrecer. Fuese como si en este mundo, solo tendríamos que chuparle la sangre de la ironía para entender como solo en la oscuridad podemos ver la luz. Y entre esas mismas catacumbas, salió el ser que todos conocíamos como un vampiro espeluznante, sin ser brioso para el ojo. Todos lo conocían como Edward Cullen….no, espera, perdón…Todos lo conocían como Lestat….nah, ni a él lo conocen…¡Todos lo conocían como el conde que le gusta contar números de Plaza Sés….Ay olvídalo!¡ Todos o nadie lo conocían como Nosferatu porque mi última opción iba ser Dracula, y cuanta creatividad hay en eso!
Bueno, este vampiro tenía una afinidad para tomar sangre, en especial a las almas imperdonables de este mundo. En especial a los chinos, porque su sangre sabe a jugo de naranja. Además, ha vivido así por más de veinte años, si no más de un siglo. O un milenio, aunque los vampiros no existían antes de los tiempos de Sócrates pero…¿espera, de que se trataba esta historia?

Se trataba de cómo hacer Tacos al carbón y burritos rancheros…con salsa de tomate.

¡JA! ¿Buen intento, me crees tan tonto para creerte en eso? Recordándolo bien, yo NUNCA mencione nada de salsa de tomate, ahora déjame contar mi historia.

Como tú lo digáis.

Bueno, primero buscas unas tortillas de harina de maíz para cocinarlas en el sartén, y…

¡Fin!

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